Hace pocos días el Consejo de la Unión Europea aprobó una nueva Ley de Gobernanza de Datos que deberá aplicarse a los 15 meses de la entrada en vigor del Reglamento. Pero ¿qué significa esto y por qué es tan importante para el desarrollo de la región?
El objetivo de esta ley es promover el fácil acceso a los datos y crear un marco confiable que simplifique su uso en cuestiones como investigación, creación de servicios más eficientes y productos que respondan a las necesidades de las personas. Pero la clave está en el intercambio.
Con esta nueva legislación las empresas que forman parte de los países de la UE no sólo van a poder acceder a los datos a un costo más bajo y con menos complicaciones sino que van a poder intercambiar la información para potenciar sus productos y servicios de manera segura.
Como dijo la eurodiputada alemana Angelika Niebler, encargada de la legislación en el Parlamento Europeo: “Los datos sólo tienen valor si se agregan, se refinan y se utilizan de forma correcta”, por eso es fundamental que esta ley sirva para fomentar el intercambio.
El correcto uso de datos, procesados mediante inteligencia artificial, sirve para pensar en posibles soluciones a muchos de los más grandes problemas de la actualidad, como el cambio climático o el abastecimiento alimentario de las millones de personas que habitan el mundo.
Con mejores datos e información accesible se puede reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, mejorar la producción de alimentos y el uso más eficiente de la energía eléctrica hasta alcanzar la transición a fuentes renovables y limpias.
La ley fomenta la creación de espacios europeos para la puesta en común de datos en sectores clave: la salud, el medioambiente, la energía, la movilidad, la producción industrial, los servicios financieros y la administración pública en general.
Y algo más: la nueva normativa va en línea con la Estrategia Europea de Datos y con la legislación sobre protección de datos para generar confianza y garantizar la seguridad a través de técnicas como el anonimato, la puesta en común de datos y diversos acuerdos firmados por quienes reutilicen la información.